Si bien es sencillo cuidar las botas, es muy importante tenerlo en cuenta para que las botas texanas duren mucho tiempo. En general, podríamos decir que una primera parte del cuidado de las botas texanas es muy parecido al que tendrías con la piel: consiste en limpiar la suciedad e hidratar. La segunda parte es tan importante o más que la primera, pero ya llegaremos ahí.
La suciedad y el polvo sin el cuidado adecuado pueden ser el peor enemigo de una bota. Limpiarlas y acondicionarlas de forma rutinaria evitará que la suciedad y el polvo corten y sequen las fibras microscópicas que hacen que tus botas texanas sean un calzado duradero.
Sea que uses pomada o grasa (de acuerdo al tipo de cuero), recordá primero que antes de aplicar cualquier producto las botas deben estar limpias y secas para que el acondicionador pueda penetrar a través de los poros y mantener el cuero suave y flexible.
El uso de una crema a base de lanolina evitará que el color y el acabado del cuero de las botas cambien. Tené en cuenta que si las hidratás con un algún acondicionador de base oleosa, se oscurecerán lentamente cada aplicación, por lo que sólo se recomiendan para botas oscuras o con un acabado engrasado.
¿Lustrar o no lustrar?
Por lo general, el lustrado sólo es necesario cuando tus botas texanas ya tienen un acabado brillante. Si el calzado tiene arañazos, rozaduras y otras marcas, o simplemente querés más brillo, buscá una pomada para cuero acorde al color de tus botas (es súper importante, ya que de otra manera mancharás para siempre el cuero) y aplicá una pequeña cantidad en un paño blanco y limpio.
Frotalo en las botas y aplicá otra capa si preferís un brillo intenso. Lustralas entre cada aplicación hasta obtener el acabado que busques. Frotar un poco más cuando la pomada ya se absorbió del todo le dará aún más lustre.
La segunda parte: guardar las botas
Adivinaste: si le otorgamos tanta importancia, guardarlas no implica tirarlas en la parte inferior del ropero. Hay varias formas de guardar las botas texanas, dependiendo del espacio del que dispongas. Hay algunas cosas que, sea como sea, debés tener en cuenta para mantener tus botas en buen estado. Veamos.
Evitá las arrugas en el cuero.
No importa dónde guardes tus texanas, sea expuestas en tu habitación o escondidas en tu armario, asegurate de que no se doblen. En el caso de algunos modelos, como las de media caña de mujer, esto no es un gran problema, pero en los modelos con caña que cubre la pantorrilla, pueden formarse arrugas si se doblan mientras están guardadas y cuartear el cuero.
Para mantenerlas sin que se doblen podés usar moldeadores de botas de plástico que se introduzcan en las botas para mantenerlas rectas. Ideal: conseguir pies de maniquí con pantorrilla, aunque esto ya sería un lujo.
Si no conseguís o querés hacerlo de manera más casera, podés comprar un par de flota-flota y cortarlos para que se ajusten a la longitud de las botas y así mantengan rectas la zona de las pantorrillas.
Guardalas en un lugar seco.
La humedad puede dañar el cuero de las botas y hacer que queden enmohecidas y con olor desagradable. Las botas de cuero necesitan respirar para evitar que se acumule la humedad, por lo que siempre hay que dejar que se sequen completamente antes de guardarlas, y guardarlas en una zona sin exceso de humedad.
Si ya están húmedas, dejá que se sequen de forma natural. Puede ser frustrante si estás intentando limpiar la casa y necesitás guardar las botas, pero dales tiempo a que se sequen para evitar que se dañe el cuero. Utilizar calor o intentar secarlas con un paño no es una buena opción, ya que puede hacer que el cuero se seque y se agriete.
Limpiá siempre las botas antes de guardarlas.
Como mínimo, cepillalas para eliminar cualquier resto de suciedad. Así te asegurarás de que estén limpias y listas para la próxima vez que te las pongas. Limpiarlas y acondicionarlas con regularidad forma parte del cuidado de las botas texanas.